Además de haber sido uno de los más importantes dirigentes militares y de haber ganado batallas decisivas para el triunfo de la Revolución Mexicana, que lo convirtieron en una auténtica leyenda, Pancho Villa pasó a la historia como uno de los primeros protagonistas del cine documental de guerra en el mundo, lo que además le sirvió para proyectar su imagen en los Estados Unidos como un revolucionario idealista y honesto, y le proporcionó importantes recursos para impulsar sus campañas bélicas en México.

Pero, ¿Cómo fue que de general revolucionario Villa pasó a ser actor de cine?, ¿En donde se encuentran las películas que testimonian este curioso fenómeno? Veamos.

Pancho Villa, cuyo nombre original fue Doroteo Arango, brincó a la escena revolucionaria en noviembre de 1910, al ser invitado por el dirigente antirreeleccionista Abraham González a incorporarse a la lucha. Muy pronto, Villa se convirtió en uno de los principales generales, y junto con Pascual Orozco, logró el triunfo sobre las fuerzas del presidente Porfirio Díaz en Ciudad Juárez, lo que obligó a este a renunciar a la presidencia.

Cine de la Revolución

Tiempo después, cuando Villa organizaba a su ejército para enfrentar a las fuerzas de Victoriano Huerta, recibió la visita de un director de cine norteamericano, que representaba a la compañía Mutual Films, quien le propuso la firma de un contrato para filmar escenas de la lucha revolucionaria. Tras llegar a un acuerdo, el equipo de la Mutual Films realizó diversos cortometrajes, que fueron exhibidos en salas cinematográficas de los Estados Unidos, causando un gran impacto en el público norteamericano. En medio del entusiasmo provocado por este éxito, la compañía propuso a Villa un nuevo contrato para llevar a cabo una película sobre la vida del general revolucionario.

Este nuevo contrato tenía algunas cláusulas que resultan insólitas. Villa se comprometía a emprender las batallas de día, y emplazando sus fuerzas acorde con la posición del sol. Y en caso de que tuviera que realizar ataques nocturnos, el dirigente revolucionario se comprometía a representar cinematográficamente la batalla en los días siguientes.

Para representar la infancia y la juventud de Villa, el director del filme hizo traer a un grupos de actores norteamericanos. De esta manera, las tomas documentales de las campañas militares se complementaron con la representación dramática de algunos episodios de la vida del revolucionario, incluyendo aquella historia narrada por el propio Villa, en el sentido de que cuando tenía tan sólo 16 años de edad había disparado en contra del dueño de la hacienda en que trabajaba, para salvar el honor de su hermana Martina, que iba a ser raptada por el hacendado, por lo que el joven Villa había tenido que huir y convertirse en fugitivo de la ley.

Como resultado de esta producción, el público norteamericano pudo conocer detalles íntimos sobre la vida del general mexicano y presenciar el dramatismo y la violencia de las batallas entre villistas y huertistas. La película finalizaba con el general mexicano convertido en presidente de México, dirigiendo un discurso patriótico que justificaba la lucha revolucionaria.

Y como resultado de su exhibición en aquel país, la causa de Villa ganó gran popularidad y el gobierno norteamericano apoyó las relaciones comerciales entre Villa y empresarios norteamericanos, por lo que el dirigente revolucionario pudo adquirir comercialmente las armas que requería para su movimiento.

Una película para el olvido

Sin embargo, el gran éxito diplomático obtenido de esta manera por el Villa, se derrumbaría después de que el general mexicano asesinara al hacendado inglés William Benton. Como consecuencia de ello Villa fue repudiado por la prensa y por las autoridades norteamericanos y la película fue retirada de las salas cinematográficas.

Curiosamente, la súbita finalización de la aventura fílmica de Villa, coincidiría con el ocaso de su actuación revolucionaria, ya que en abril de 1915, las fuerzas de Villa fueron contundentemente derrotadas, en las afueras del poblado de Celaya, por el ejército que comandaba el general Álvaro Obregón.

En medio del conflicto suscitado entre Villa y el gobierno de los Estados Unidos, este valioso documento fílmico desapareció, sin que hasta ahora se sepa si fue destruido o simplemente se perdió en el olvido, en alguna bodega cinematográfica en los Estados Unidos.